El proyecto de dos viviendas pasivas, ecológicas y saludables para dos amigos se basó en principios de arquitectura bioclimática, centrados en la sostenibilidad y la eficiencia energética. Estas viviendas, diseñadas bajo el estándar Passivhaus, destacan por su bajo consumo energético y un impacto medioambiental nulo, reflejando un compromiso profundo con la bioconstrucción y el uso de materiales naturales.
Para la construcción, se optó por un sistema de muros de entramado ligero prefabricado de madera, un material renovable que reduce la huella de carbono y mejora la eficiencia energética. La elección de la madera, además de ser un recurso natural, ofrece propiedades aislantes superiores, lo que contribuye a mantener una temperatura interior constante y minimiza la necesidad de sistemas de calefacción o refrigeración adicionales. Esta característica es esencial en una casa pasiva, donde el objetivo es reducir al mínimo el consumo energético.
La colaboración con MEDGON, una empresa líder en la fabricación de cerramientos sostenibles, fue clave para optimizar el proceso constructivo. Los cerramientos prefabricados no solo garantizan la hermeticidad de las viviendas, sino que también aceleran los tiempos de construcción, disminuyendo así el impacto medioambiental.
El diseño de las viviendas también consideró el aprovechamiento máximo de los recursos naturales. La geometría irregular del solar resultó en una disposición en forma de «L» abierta, orientada al sur para captar la mayor cantidad de energía solar pasiva.
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Proyecto
Ejecución de obra nueva
Localización
Reinosa
Superficie
271 m2
Año de construcción
En construcción